20 de set. 2024

Relat breu d'un desplaçament dalinià de supporters de Barça l'any 1994 a un Mónaco-Barça

(fa anys vaig començar a escriure una sèrie de relats breus de la Barcelona dels 90s, futbolera, rockera, festiva, sexual, violenta, social... Alguns d'aquests relats són 100% vivències viscudes, d'altres combinen vivències amb literatura, i en el dubte del que és viscut i del que és literatura sempre havia pensat hi hauria un estímul als possibles lectors. No els he publicat mai en un llibre. Però n'he anat publicant alguns en aquest blog. Avui ha jugat el Barça a Mónaco, i això m'ha fet recordar i recuperar, i animat a publicar i compartir amb tots vosaltres, un relat al que tinc especial estima, que m'agrada especialment: el relat sobre un mític desplaçament a Mónaco, seguint al Barça, l'any 1994, un relat sense espai a la fantasia literària )
 
Ya todo te da por culo antes de empezar. A Mónaco, en autocar, sin entradas y con lo mejorcito de cada casa.

- A ver, pero no habíamos dicho después del hartón de horas de autocar a la final de Wembley que se había acabado lo de los autocares?

- Joder tío, que a Mónaco no se puede ir de ninguna otra manera y son cuartos de Champions
 
Ya me conozco y ya me conocen. Y nos conocían. Ni una puta entrada del club. Me muevo, incluso voy a ver al cónsul de Mónaco en Barcelona, que me vende dos entradas. Total, autocar de 40 y 10 entradas. Y todo el mundo "que se va a liar". Y yo hasta los huevos.

Más hasta los huevos cuando empezamos a parar en cada área de servicio para las meadas urgentes. En una, cerca de la frontera, de la Junquera, un infeliz que estaba por ahí con su camiseta del Real Madrid acaba sin sentido cerrado en uno de los WC de tíos.
 
Miro, reprobándolo, al que le ha dado:
- no te has podido estar, gilipollas? Ahora cuando se despierte si avisa la poli o a los gendarmes como llegamos a Mónaco?
- tranqui, le he cogido el carnet y dejado nota que chitón y pa casa, merengue mierda.
 
Me rio sin ganas.
 
Ya en Francia la cosa es más tranquila. Efecto sueño y birras. Son los 90, todavía no han llegado las drogas al futbol. O no muchas.

Nos acercamos a Mónaco. Le he dado al conductor una dirección al salir de Barcelona. Es un hotel de lujo en una de las zonas de más lujo de la Costa Azul, a las puertas de Mónaco. 
 
El conductor me llama.
- Estás seguro de a donde vamos?
- Sí, de verdad, tranquilo
- vale, tío, pero no me metas en líos, que eso es lo más pijo de la zona.
- Sí, de verdad, tranquilo
 
Cojo el micro del bus y despierto a la peña:
- A ver, son las ocho de la mañana. Estamos yendo al hotel donde está concentrado el Barça, a ver si nos dan entradas
 
Todo el mundo empieza a gritar y cantar el himno del Barça...

Vuelvo a coger el micro:
- Escuchadme, atentos. Vamos a entrar con el autocar, pero solamente vamos a bajar Gingert y yo. Nadie más, queda claro? Que nadie la lie. Todo el mundo quietecito en el autocar.
 
El autocar entra en el resort de lujísimo donde está el Barça. Faltan unos minutos para las nueve. Cojo a Gingert, que tiene un francés más fluido que el mío, y entramos en recepción. Hay un chaval joven que nos mira atónito.
 
Primero hablo yo. Le digo que no pasa nada, que esté tranquilo. Después Gingert le pide que llame a algun directivo del Barça, que sabemos están alojados ahí.

Nos dice que no puede, que están durmiendo. Empezamos a ver personal del hotel arriba y abajo, nerviosos, saliendo al jardín. Salimos nosotros también. Medio autocar está meando en el jardín. No digo nada y vuelvo a dentro con el de recepción.
 
- Llama a alguien o será peor

Finalmente aparece un directivo del Barça. Sale del ascensor llevándose las manos a la cabeza y gritando:
- Qué haceis, qué haceis???!!!!!
 
Le pido que se calme un momento. Le digo que ya sabe quienes somos. Le digo que ya estamos aquí, pero que no tenemos entradas: No sé si ha entendido lo que le he dicho, porque el sigue gritando:
- Estais locos! Pero estais locos!!!! como se os ocurre venir sin entrada!!! Estais locos
 
Le vuelvo a insistir que se calme y que mire a ver si nos puede conseguir entradas. 
 
Lo niega. 
 
Le vuelvo a insistir. Le digo que no nos vamos o que la liamos. Finalmente parece que se calma un poco, se me queda mirando y me dice:

- mira, quedamos a las 13:00 en el gran casino. Se ha quedado ahí para repartir algunas entradas vip de la directiva, miraré qué puedo hacer.
 
Le doy la mano, le digo que ahí estaremos y nos vamos.Pero cuando estamos saliendo de la recepción el directivo del Barça me viene a buscar y me dice:

-eh, un momento, esperad! La policía de Mónaco tienes órdenes de no dejar entrar peña del Barça sin entrada. Y por lo que nos ha llegado van a ser muy estrictos. No sé como vais a entrar a Mónaco.

Le doy las gracias por la info y nos metemos todos en el autocar, rumbo a Mónaco. Estamos a unos 10 kilómetros. 
 
Cuando estamos a las puertas de Mónaco llamo a dos de los míos, que vienen hacia la parte delantera del autocar, donde estoy yo, con una bolsa grande. Vuelvo a coger el micro:
- Mirad, tíos, ya lo sabíamos y el Barça también nos lo ha confirmado ahora: la policía de Mónaco ha montado un operativo para no dejar entrar autocares de gente del Barça sin entrada. Nosotros no somos autocar oficial del Barça y no tenemos entradas, de manera que tenemos todos los números para que nos pillen y no nos dejen entrar a Mónaco. Pero tenemos un plan.
 
Entonces mis dos colegas abren la bolsa y sacan un enorme póster del papa Juan Pablo II y un pequeño cartel que dice "Peregrinación a Roma". 
 
Lo de las entradas y la poli de Mónaco ya nos había llegado. Pocos días antes del desplazamiento, mientras le daba vueltas a como hacerlo para burlar el control de la poli de Mónaco, vi, en uno de esos pirulís para carteles de conciertos y eventos que hay por Barcelona un póster del papa anunciando un CD con el Rosario. "Esta es la nuestra", me dije. Me hice con un par de esos pósters con un retrato enorme del Papa, para traerlos al autocar del desplazamiento a Mónaco. Me vuelvo a dirigir a la peña:

- ahora que todo el mundo entienda lo que vamos a hacer y se comporte. Vamos a poner un par de posters del Papa como si este fuese un autocar de peregrinos a Roma. Corred todas las cortinas y ni respireis hasta que hayamos entrado en Mónaco.

Se hizo el silencio, todo el mundo corrió sus cortinas, enganchamos un póster del Papa en el frontal del autocar, delante de la silla plegable del guía, y otro en el vidrio trasero. Luces apagadas y nadie a la vista.
 
Al llegar al control lo pasamos sin problemas. El chófer flipaba. "Sois la polla. Han parado a todo quisqui excepto a nosotros."
 
Le digo que nos deje en el párking de autocares y que nos vemos 12 horas después, para volver a BCN. Y desembarcamos. Son las 11:00 de la mañana.

"Donde vamos a conseguir las entradas?" empieza a preguntar todo el mundo. 
 
Faltan dos horas para estar en el Gran Casino a ver si pillamos algo. Voy a tener que ir solo o con Gingert, no puedo ir con toda la peña. Vamos hacia la playa y después hacia el estadio del Mónaco, a pipear el ambiente. Después de un baño en la playa y un par de birras, mientras merodeamos por el exterior del estadio, se acercan un par de tios por si queremos entradas. Negocio el precio y compro.

Establecemos un sitio de encuentro con toda la peña y me largo hacia el gran Casino. Increiblemente a las 13:00 en punto aparece el directivo del Barça con el que había hablado en el hotel de concentración y me pasa 5 entradas. Ya tenemos 18 y somos 40. Volvemos al sitio de encuentro. Me los encuentro que ya van ciegos de birra. Vuelvo a coger a mi par de confianza y vamos merodeando por el exterior del estadio.
 
Para mi sorpresa, vienen hacia nosotros hasta 5 pájaros preguntándonos si queremos entradas. Conseguimos 6 más. Ya tenemos 24. Nos faltan 16.
 
Entonces, mientras estamos en ese deambular, se para a mi altura un cochazo deportivo, y baja la ventanilla. Me pregunta si queremos entradas y cuantas. Le digo que 16. Me dice que nos pueden conseguir 10. Cerramos trato. En una hora nos volvemos a ver ahí mismo.
Otro par de colegas que he puesto a merodear por los alrededores del estadio consiguen otras cuatro.

Me siento en una terraza a tomar una birra, esperando pase la hora. Mientras estoy sentado se me acerca un tío y me dice que me ha visto hablar o hacer tratos con los del coche deportivo hace un rato, y entonces me lo deja ir: "
oye, de buen rollo, solo decirte que lleves cuidado, esos son de la mafia marsellesa. No tiene porque pasar nada, pero no hagais nada raro."
 
Se larga. Casi sin tiempo a darle las gracias por el chivatazo aparece el deportivo. Llevo la pasta. Me pasan las entradas. No cuentan la pasta. Nos damos la mano y se largan.
 
Vuelvo donde está toda nuestra peña, y reparto y cobro las entradas. Faltan dos. La mía y la de alguien más. Gingert me dice que se queda conmigo. Faltan dos horas para el partido. Estoy agotado y voy asumiendo va a ser difícil pueda entrar.
 
Entonces, no sé de donde, salen 6 tíos con una bandera de España y una del Real Madrid, y nos empiezan a insultar. Reaccionamos, vamos hacia ellos, les caen un par de buenas hostias, y salen corriendo.

Nosotros detrás, hasta que una fila de CRS de la Gendarmerie nos cierra el paso. 
 
Frenazo. 
 
Desde detrás de los antidisturbios aquellos 6 nos siguen provocando. 
 
En ese momento se me acerca el que parece ser el jefe de los antidisturbios franceses. Y en un impecable catalán me dice:
- Deixeu-los estar, no hi penseu més. ja ens n'ocupem nosaltres
 
Mientras me está diciendo eso un grupo de agentes de los CRS rodean a los provocadores, los cogen del brazo y se los llevan. 
 
El jefe de los CRS se me queda mirando, sonriendo, y me dice:
- No hi ha hagut cap problema durant tot el dia, seguiu així, entreu al camp i llestos.
 
Le digo que ok, que así lo haremos. Y le pregunto por su catalán. Entonces me dice que son de Perpinyà, que la mayoría de su compañía, que han traído expresamente para cubrir el partido, hablan catalán. Nos abrazamos, le quiero regalar mi estelada, pero me dice que no, que no puede aceptarla. 
 
Me voy. No tengo entrada. Falta una hora. Ya casi todos los nuestros han ido entrando al estadio, pero en eso aparece uno de los que tenía entrada pero que todavía no había entrado y me dice que hay unos que les han dicho que venden un par de entradas. Le sigo y vamos a buscarlos. Me los señala, voy hacia ellos, les digo si tienen entradas, me dicen que sí, les digo que me las enseñen... y me las enseñan. Son de infantil. Me los miro. El de las entradas se encoge de hombros, en plan, es lo que hay. Me dice el precio, le digo que sí, y se las compro.
 
Con las dos entradas de infantil vamos hacia el estadio, hacia la puerta de las entradas. Se las damos al controler, intentando aparentar la máxima normalidad y seguridad que somos capaces de transmitir. Pero no cuela. Se las queda mirando, nos mira, reclama mi atención y me señala lo de infantil. Resignado a no poder entrar, mientras estoy dando la media vuelta, veo al jefe de los CRS de Perpinyà con el que antes he estado hablando haciendo gestos a los de la puerta para que nos dejen entrar. 
 
Y entramos. Y jugamos el partido.

Y ya lo siguiente es la noche y el silencio en el autocar, emprendiendo el viaje de vuelta a Barcelona. Abro mi pequeña mochila y saco mis walkman. Una única cinta K7: por una cara The Smiths y por la otra Depeche Mode. 
 
Amanece cuando estamos a la altura del Canigó. Recuerdo el jefe de los CRS, ese
trato afable, ese decirnos buenamente que nos habíamos portado bien, que entrásemos en el campo y que nos olvidásemos de los provocadores. Esos provocadores cogidos por los CRS y llevados lejos sin contemplaciones, mientras yo los miraba, y leía en sus ojos el estupor ante una policía democrática, que no era la suya, que no era la de la impunidad y complicidad a la que estaban acostumbrados. Sí, ahí tenía el Canigó, todavía nevado en su cumbre. No podía dejar de pensar en ese jefe de los CRS de Perpinyà, en su catalán, y en ese último gesto suyo hacia los de las puertas para que nos dejaran entrar con las entradas infantiles.
 
Reclino la cabeza en el vidrio del autocar, mientras por los auriculares de mi walkman "Enjoy the Silence" se apodera de mi.

7 de set. 2024

Reflexió postvacances (2/3) avaluativa i estratègica del moviment independentista

He trigat una mica més del que volia en publicar la segona part de la meva anàlisi avaluativa postvacances sobre la situació del nostre país i de l’independentisme. Crec que n’hi haurà una tercera, lligant amb aquests dos articles previs.

Vaig acabar la primera part d’aquests articles dient que la situació actual de l’independentisme és, tristament, la inversa a la que ens va permetre arribar més lluny que mai, fins a l’1-O 2017. Els elements més crítics que trobo en l’actual situació, i que crec ens fan caminar en la direcció contrària a la que ens va portar a que l’independentisme fos l’opció política i democràtica majoritària al nostre país, són els següents:

o   En l’epicentre, com a element més greu de divergència entre els discursos i el plantejament de l’independentisme en aquest agost del 2024, havent deixat de ser hegemònic... és el fet d’haver deixat de ser un moviment que a la base, en el fonament de tota la seva estratègia, plantejament polític i nacional... havia tingut sempre fer-ho sobre la realitat del país que som, de la societat que som, de la nostra diversitat, de com som.

Si no ens reconeixem com som, si no acceptem la realitat del país i la societat que som, que és la nostra base nacional... garantint així que l’independentisme s’adreça i arriba a tota aquesta societat, per sumar-la a la nostra lluita... l’independentisme mai tornarà a ser majoritari.

I si no som majoritaris, expressada aquesta majoria democràticament, no tenim cap opció.

La societat catalana, la nostra realitat, és la que és, i és sobre aquesta realitat que cal treballar. Ho vam saber fer, i per això, sortint del que en podríem dir un independentisme “testimonial”, vam esdevenir hegemònics. Però ara mateix m’esgarrifa la intensitat de discursos i soflames que ja no és que ignorin la realitat de la societat que som, sinó que la neguen i s’erigeixen en repartidors de carnets de catalanitat.

La nostra realitat és la que és, i és fruit d’una història en la que la pèrdua de la nostra sobirania ha estat determinant. Sí, segurament si el 1714 haguéssim guanyat la guerra i tots aquests centenars d’anys des de llavors fins als nostres dies haguéssim estat un país sobirà, ara no seríem com ara som. Però vam perdre. I no som aquell país del 1714, sinó un país molt diferent. Un país diferent que malgrat la derrota, la pèrdua de la nostra sobirania i ser víctimes d’un estat centralista que sempre actua contra Catalunya, la nostra identitat, llengua... hem estat capaços de mantenir la nostra identitat, llengua, cohesió social, projecció nacional.... i que, en les més adverses condicions hem mirat sempre d’aprofitar qualsevol, per més mínima que fos, oportunitat per mantenir-nos vius, refermant-nos en la nostra identitat, cultura, progrés social i econòmic, creixement, benestar...

o   Una de les primeres manifestacions d’aquest letal abandonament per part d’aquest independentisme absolutament enverinat és l’haver assumit com a propi el discurs identitari que és el que l’estat espanyol va posar en marxa per frenar l’indepenentisme quan va veure que la cosa se’ls podia escapar de les mans.

Alguns fan befa del que per a molts ha estat sempre l’element central de la nostra lluita per la independència, aquell candelià “un sol poble”, però la realitat és que Ciutadans i el seu discurs identitari van néixer i van arribar a ser la força més votada a Catalunya únicament a partir de convertir l’element identitari, d’origens, lingüístic... en el determinant del vot i posicionament polític.

Però aquell independentisme de l’embat de l’1-O, que és el que ens va portar més lluny que mai, ho va saber gestionar molt bé: la independència com a projecte i país de tots i per a tots i amb millors oportunitats per a tots.

Les dades eren absolutament aclaparadores: entre els contraris a la independència, el motiu per estar-hi en contra, per oposar-s’hi, sempre era “identitari”, sempre era pel “yo soy español”. I punt. En canvi entre els favorables a la independència, llavors ja majoria social, hegemònics, els motius per estar-hi a favor sempre han estat l’aspiració d’un país millor per a tots, de fer de Catalunya el país que la dependència de l’estat espanyol ens impedeix ser.

I ara és aquesta la més gran amenaça que plana sobre l’independentisme: si deixa d’adreçar-se al país que som, a la realitat del país que som, i s’adreça només als convençudíssims, l’independentisme no tindrà cap opció de tornar a ser majoritari, hegemònic. I si no som majoria social i democràtica, no tenim cap opció de fer la independència.

o   Una altra d’aquestes manifestacions és la ridiculització, mofa, menyspreu... envers elements que jo també considero claus, perquè són amb els que es va construir l’estratègia independentista, que ens van portar a l’1-O, situant en la diana de la ridiculització i menyspreu irracional algunes de les frases que van bastir aquell excepcional compromís social i nacioanal: “la revolució dels somriures” , “ni un paper a terra”, “de la llei a la llei”...

Són demencials tots aquests discursets, brometes, ridiculització i culpabilització del discurs i l’estratègia tan ben trabada, tan intel·ligent, que hi havia al darrere d’aquestes expressions.

Uns discursets que la majoria dels que els fan no només ho fan per ridiculitzar, sinó per assenyalar-ho com l’evidèncica d’una estratègia covarda, de gent covarda i acollonida... no com ells i elles, que sempre han estat uns valents i valentes, ni que mai no hagin fet res més enllà de tuitejar des del sofà.

L’any 1985, amb 19 anys, ja vaig participar d’un dels dispositius de seguretat més heavys dels molts en els que fins ara he participat, alguns complicadíssims. Aquell desembre del 1985, a la Conferència de Nacions Sense Estat de l’Europa Occidental, que es va fer a BCN, i a la que hi van participar delegacions d’Irlanda del Nord, Euzkadi, Còrsica... el servei de seguretat el formàvem catalans, amb el suport de bascos i irlandesos.

Aquests companys bascos i irlandesos llavors ens miraven, als catalans, una mica per sobre l’espatlla, rotllo “catalanes flojos”, perquè l’independentisme català no s’edificava sobre la lluita armada. Però el cert és que aquella estratègia embrionària a Catalunya d’un moviment independentista edificat sobre l’activisme de la no-violència, del que llavors bascos i irlandesos se n’enfotien, ha estat la clau que ens ha permès arribar més lluny i tenir més a prop la independència que bascos i nordirlandesos.

Però no és només això. A Catalunya el nivell de satisfacció amb les nostres vides és d’una mitjana de 7 en una escala del 0 al 10, on el 0 és màxima insatisfacció i el 10 màxima satisfacció. És a dir, la majoria de la societat catalana està força satisfeta amb la seva vida. En aquest context, davant aquesta realitat, i venint d’un independentisme minoritari a la societat catalana, saber llegir la nostra realitat, la societat que érem, la societat que som, fou clau, absolutament determinant, perquè l’independentisme esdevingués majoritari.

Si en aquell moment en comptes de revolució dels somriures o de ni un paper al terra haguéssim llençat consignes de “anem a cremar-ho tot, bloquegem el país, aturem-ho tot...” l’independentisme mai no hauria estat hegemònic i per tant mai no hauríem tingut cap oportunitat de fer la independència.

El moviment independentista es va visualitzar com un moviment responsable, que no posaria en perill el nostre país, la nostra economia, les nostres vides, la nostra “qualitat de vida”. Aquest element era tan clau que fou una altra de les estratègies de l’estat per intentar frenar l’independentisme, promoure amb tots els mitjans de xantatge que té un estat, la fuga d’empreses de Catalunya. Volien frenar l’independentisme intentant visualitzar que portaria a una fuga d’empreses massiva i el nostre col·lapse econòmic, laboral, social. Però no els va sortir bé. L’independentisme ja havia formulat una proposta política que traslladava responsabilitat, que era creïble, que havia situat la realitat de la societat que érem en el seu argumentari i projecte de país.

Alguns d’aquests que ridiculitzen alguns d’aquests elements clau que van ens van permetre arribar més lluny que mai també diuen que tots aquests discursets de ni un paper al terra o la revolució dels somriures eren una covardia que evidenciava no es volia fer la independència, i que només si estem disposats a cremar-ho tot, a bloquejar-ho tot... podrem ser independents, i que, a més a més, s’enganyava a la gent.

Però la realitat és que, com es va demostrar l'1-O, som una societat, som un poble, disposat a assumir sacrificis. No ens calien discursos ni soflames. Vam ser-hi, vam saber-hi ser, i vam protagonitzar una mobilització i resistència civil absolutament exemplars, com poques se n’han vist al món.

Tanmateix, al meu entendre, aquesta predisposició a, arribat el moment decisiu, assumir sacrificis, que hi és, no la podem confondre amb fer una estratègia ni un discurs que plantegi el procés a la independència, com un procés de sacrificis permanents, com un procés que es carregui la cohesió nacional, l'economia, les empreses, la convivència, etc. Si ho fem així no tornarem mai a ser la majoria social i democràtica que necessitem ser per poder aspirar a la independència, per estar en condicions de fer la independència.

Arribats a aquest punt, quins són –a criteri meu- els elements més estratègics per refer l’independentisme i que torni a ser no només el moviment hegemònic a tots els nivells (social, polític, parlamentari...), sinó també mobilitzat, compromès, cohesionat i decidit com ho va ser l’1-O, per poder tornar a aspirar a fer la independència?:

  •           El primer element estratègic, el que per a mi té més pes, pot semblar una mica ridícul haver-ho de dir, però més ridículs són alguns discursets que em porten a haver-lo de recordar: l’única opció que té l’independentisme d’estar en condicions de fer la independència és essent expressió democràtica de ser la majoria social, nacional i política del nostre país. I això passa, necessàriament, per ser la majoria absoluta al Parlament de Catalunya, i tenir el govern del nostre país.

Aquests discursets de que són unes institucions autonòmiques, i que per tant l’independentisme n’ha de prescindir, són un suïcidi polític. Sí, el Parlament de Catalunya i les eleccions que determinen la seva constitució són dins un marc autonòmic, però és l’únic amb el que podem evidenciar la condició necessària per poder aspirar a la independència: que l’independentisme sigui l’expressió d’una majoria social, nacional i política el més clara possible, de la majoria absoluta en amunt. Sense això, res a fer.

Amb un independentisme que no sigui majoria al Parlament no hi ha res a fer. Per tant l’objectiu estratègic més determinant per a l’independentisme, perquè l’independentisme pugui estar en condicions de fer possible la independència, és ser una clara majoria social, nacional, democràtica, parlamentària. Ho vam ser i ho hem deixat de ser. Fins que no ho tornem a ser, no hi haurà res a fer.

  •           El segon element més clau, sense el qual no és possible el primer, ni cap de les estratègies que es puguin pensar per fer independentisme, és recuperar la credibilitat, és fer un resset tal que ens permeti sortir d’aquest pou de frustració i caïnisme en el que hem caigut, per tornar a sentar les bases que, durant el procés, no només van fer de l’independentisme l’opció hegemònica, sinó un moviment actiu, compromès, que sumava, que sempre hi era, en el que hi érem tots, que ens mobilitzava a tots i ens va permetre fer les mobilitzacions més espectaculars que hi ha hagut a Europa al s.XXI.

Fer crides a recuperar la mobilització com a estratègia és començar, al meu entendre, la casa per la teulada. Per recuperar la mobilització cal assumir que cal refer el camí, recuperar credibilitat, restablir confiances i tornar així a sumar-nos a tots, i a tots els nivells: des del poble més petit a les nostres ciutats, retrobar-nos tots, pel damunt de les nostres diferències, als nostres carrers, pobles, viles, barris i ciutats... només així ens podrem reconèixer en unes grans mobilitzacions nacionals com les que vàrem protagonitzar.

  •           El tercer element estratègicament clau per al futur de l’independentisme és garantir una cohesió mínima, assumint les nostres divergències, bastint un escenari de respecte en tot allò que compartim i que no bloquegi la unitat estratègica i de govern per ganivetades de posicionaments polítics marginals, absolutament fora de la centralitat del nostre país.

Per fer possible aquest escenari de cohesió mínima que impliqui fer possible una estratègica compartida i un respecte als altres deixant ben clars els seus fonaments i límits:

L’element inclusiu clau per a aquest escenari que permeti integrar tots els partits polítics i les entitats de la societat civil que comparteixen l’objectiu de la independència és, evidentment, voler la independència. Però també situar la democràcia, la llibertat i els respecte pels drets humans com a eixos clau per formar-ne part. No tots els que volem la independència pensem igual, i això ens ho hem de respectar, i respectar també les majories amb que aquest pensament diferent s’expressa.

  • I així és com arribem als elements excloents que també són clau en aquest escenari d’unitat sense el qual no hi ha cap opció de fer la independència. Des del convenciment que cal integrar el màxim de formacions i persones, també ha de quedar ben clar que en aquesta integració no hi podran ser mai formacions o persones que no acceptin una lluita democràtica, i que no respectin la llibertat o els drets humans.

Per traduir-ho en alguns exemples pràctics, mai no podran formar part d’aquest escenari que integri la immensa majoria de les formacions polítiques i socials aquelles formacions que plantegin estratègies o posicionaments xenòfobs i racistes, ni d’imposició de posicionaments o estratègies al marge de la democràcia i la llibertat. És evident que cap de les formacions que els darrers anys han emergit al nostre país defensant posicionaments xenòfobs i racistes no podran estar mai en aquest escenari d’unitat independentista. Mai. La irrupció al nostre país d’aquests moviments xenòfobs i racistes, embolicats uns amb la bandera espanyola (VOX) i uns altres amb la senyera (AC i FNC) obliga a la resta de formacions i a tota la societat civil a traçar línies vermelles.

Mai, absolutament mai, cap de les formacions que fins ara han format part de l’espai independentista, com són Junts, CUP o ERC a nivell de partits, o l’ANC o Òmnium a nivell d’entitats, mai no compartiran el més mínim espai amb formacions de la nova extrema-dreta racista i xenòfoba.

El vot a aquestes formacions racistes i xenòfobes com AC o FNC no és un vot per la independència, per més que s’emboliquin amb la senyera, sinó que és un vot mogut pel racisme i la xenofòbia. És això el que motiva aquest vot a aquestes formacions, no per cap motivació independentista, i en l’últim BOP del CEO (mes de juliol), tenim l’evidència total que el vot a formacions com AC únicament està mogut per motius racistes i xenòfobs:

El 56% dels votants d’AC no volen que Catalunya sigui un estat independent. Amb diferents percentatges, els votants de les formacions polítiques amb representació parlamentària que configuren el bloc indepe (Junts, ERC i CUP) sempre volen, per aclaparadora majoria, que Catalunya sigui un estat independent, en cap cas són una minoria, com passa amb els votants d’AC. Aliança Catalana no és un partit per la independència, sinó únicament per aplegar vot racista i xenòfob, per fer política racista i xenòfoba. I això és tan evident que AC i els seus votants són els més racistes i xenòfobs de tot el panorama polític a Catalunya, fins i tot per sobre dels votants de VOX. Un 51% de la població de Catalunya creu que les lleis que regulen l’entrada i permanència de persones estrangeres són massa o més aviat tolerants. Entre els votants d’AC és un 100% que així ho veu, mentre que entre els de VOX un 90%. Un 56% de la població creu que el fenomen migratori té efectes negatius sobre els serveis públics: entre els votants d’AC són un 100% que així ho creuen, mentre que entre els de VOX són un 87%.

Per tant AC i el vot d’AC mai, absolutament mai, podran estar dins el bloc independentista, per més plural que aquest sigui, d’entrada perquè el límit d’aquesta unitat és el respecte als drets humans, però també perquè de manera clara el discurs, vot i espai polític d’AC és únicament el racista i xenòfob. El 51% dels votants d’AC no volen que Catalunya sigui un estat independent, i el 44% que diuen sí voldrien Catalunya fos un estat independent, hi han renunciat, no és el que motiva el seu vot, de fet tot el contrari, voten AC tot i saber que és un vot contra la independència, per fer més difícil encara la independència.

  •  El cinquè element estratègicament clau és recuperar un discurs de país, de societat, d’economia, de futur, d’oportunitats... que torni la centralitat a l’independentisme. Això pot tenir algun punt de fricció amb l’anterior punt, però crec que justament aquesta possible contradicció ens pot ajudar a tots.

No tots els que volem la independència pensem igual. Pot voler la independència algú políticament i econòmicament conservador, algú lliberal, algú socialdemòcrata, algú socialista, algú comunista, anarquista... sempre i quan respecti la pluralitat i les majories, de manera que només n’estiguin exclosos els qui no respecten la democràcia, els drets humans....

Però perquè aquest element inclusiu que ens permeti tornar a ocupar la centralitat funcioni, hi ha una exigència clau que tothom hauria d’assumir: el respecte a les majories, perquè només així ens podem adreçar i sumar al gruix del país, a la centralitat del país, sense la qual no hi pot haver mai majoria democràtica independentista.

Què vull dir amb això? Doncs que des de posicions minoritàries, en aquesta fase de moviment per la independència, no es poden plantejar comportaments ni posicionaments polítics de bloqueig des de posicions radicals i minoritàries.

5 diputats de la majoria per la independència no poden aprofitar que sense ells la resta de formacions, ni que sumin 63, de diputats, i representin a milions de votants més que els milers que representen aquests 5 diputats, per bloquejar aquesta majoria per motius ideològics que tenen un suport absolutament minoritari, residual, entre la població.

Us poso un exemple del que vull dir: el tema del Hard Rock fa molts anys que es va situar, sense que la immensa majoria d’aquest país mai hàgim pogut saber com ni perquè, com a central en el debat polític, territorial, econòmic, de país...

Els grans enemics del Hard rock, els qui més l’han combatut, els qui n’han fet bandera com si fos el meteorit que ens ha de destruir han estat la CUP i els Comuns, fins al punt de ser el factor que va provocar el No dels Comuns als pressupostos del Govern Aragonès, i les eleccions anticipades.

Comuns i CUP deien parlar en nom de la ciutadania i veïns de la zona, deien vetllar per tots ells... i en van fer bandera radical, com si tot girés al voltant d’aquest tema i només ells defensessin i donessin veu als veïns, a la ciutadania.

Doncs bé, “curiosament”, a la demarcació de Tarragona, que és on havia d’anar el Hard Rock, i contra el qual Comuns i CUP ho van moure tot... doncs a les eleccions del 12M, anticipades pel No dels Comuns al Hard Rock, resulta que aquests dos partits, Comuns i CUP, van perdre tants vots que es van quedar sense el diputat que tenien per Tarragona.

Potser és que quan alguns diuen parlar en nom dels veïns, de la ciutadania, només parlen en noms d’uns quants, d’uns pocs. Estan plenament legitimats a fer-ho, no cal ni dir-ho, però si volem un moviment independentista que recuperi la centralitat no pot quedar presoner de posicionaments radicals que no són compartits per la immensa majoria de la població, com s’ha vist a Tarragona, amb el càstig, fins perdre els seus diputats, a Comuns i CUP, pel tema Hard Rock, no pot esdevenir eina de bloqueig de la majoria independentista. Alerta! No bloquejar i sempre escoltar, no cal ni dir-ho, sempre buscar consensos respectant els altres, però respectant també tots als altres per la força i representativitat que tenen, defugint estratègies de bloqueig per imposar a la majoria el que només vol la minoria.

Fins aquí la meva visió sobre els elements estratègics clau perquè l’independentisme desenvolupi una estratègia que li permeti recuperar la credibilitat que vam tenir, i tornar així a ser la majoria social, política, democràtica i nacional que ens permeti tornar a estar en condicions per poder fer la independència.

Però això no serà fàcil. Ni ràpid. Com vaig dir en l’anterior reflexió analitzant la situació, la descomposició de l’independentisme ha portat al PSC al poder a Catalunya, a la Generalitat, als principals ajuntaments, diputacions... Mai ningú no havia tingut tan poder a Catalunya com ara mateix té el PSC. El govern Illa serà el primer, després de molts anys, que no caurà “víctima” d’unes eleccions anticipades. I hi ha molts, moltíssims elements, que poden jugar al seu favor. 

Per això l’independentisme necessita reformular-se de cap a peus, analitzant a fons tot el que ha passat i tot el que està passant. Però, sobretot, sabent llegir i posicionar-se davant aquesta nova realitat. L’indepenendentisme té un repte extraordinari, si vol recuperar la centralitat del nostre país essent intel·ligents, valents i decidits abordant els principals reptes, desafiaments, que a tots els nivells tenim com a país i com a societat. I en tenim molts, pel davant, la majoria dels quals no poden esperar a que el nostre país sigui independent per abordar-los, tot i que qualsevol estratègia independentista ha de deixar clar, de manera creïble per a tota la societat, que la independència és la millor manera d’afrontar aquests reptes, desafiaments.

A això m’agradaria dedicar el tercer article amb els que estic compartint amb tots vosaltres les meves reflexions.