30 d’ag. 2017

Yo soy aquel... (sobre el SOMOS que consagra la Llei de Transitorietat)

Soy un monstruo, me dije para darme ánimos un día que me pilló así como bajo de defensas. Tenía ya veinte y pocos y no sabía responder a preguntas elementales.

En cuanto abría la boca siempre me econtraba con un "y tu de donde eres?". Dichoso acento. Pero cuál? El acento del renacuajo que creció en Lora del Río -Sevilla-, el del chaval que se hizo adolescente y joven en la ciudad satélite, en el barrio de San Ildefonso, en Cornellá? El acento murciano de mi padre? el acento terraltenc de mi madre? el acento garriguenc de mi abuela materna, con la que siempre tantas horas pasé?

Y yo qué sé de donde soy, si por mi lengua o acento tengo que decir que soy de alguna parte.


Y después claro, que te pregunten como te llamas y que tengas que pensar "y a este (o esta) qué le digo?". Que soy Paco? Que soy Francesc? Que soy Quico? Que soy Cisco? Que soy Francisco? Que soy Francisquito?

Hay tantas historias detrás de tantas maneras como me llaman que a veces quedaba pasmao, en silencio, sin responder. Yo soy aquél, hubiera cantado Raphael. Ese grande.

Yo crecí en una calle sin asfaltar. De las muchas que había en San Ildefonso. Pero nosotros teníamos lo que llamábamos "la montaña", justo donde acababa la calle sin asfaltar. Un montículo asalvajado de tierra enmedio la ciudad dominó. Ya veis. Pobres chavales "vamos a jugar a la montaña", decíamos, y era como un privilegio de los de la calle. Porque eso sí que lo teníamos, los de nuestra calle y los de "otras" calles. Vida en la calle, hasta el anochecer. Ahora "la montaña" es una escuela pública que construyó el primer ayuntamiento democrático, del PSUC. Y ya no hay calles sin asfaltar. 

En toda la calle sólo dos de los chavales sabíamos hablar en catalán. Una calle de unos nueve bloques de nueve pisos, con cuatro pisos por rellano. En el cole nada era diferente. El San Ildefonso. Enorme. Ahí estaba todo el barrio. En 8 años de EGB solamente un día un profesor nos dió una clase en catalán. Y para mi fué muy frustrante. Hizo una lista de palabras en castellano que teníamos que decir si sabíamos como eran en catalán. Una de las primeras era "bandeja", yo levanté rápido el brazo y dije "safata", a lo que me respondió con un NOOOOOO que aún me duele, "plata", me corrigió. Y ahí se acabó todo.

Pero eso me lo encontré el primer día de clase en el instituto. San Ildefonso se había convertido en la "ciutat trapera". En Cornellá solamente había un instituto. Y las bandas juveniles y las drogas marcaban la ley. Yo amenazaba por no ir por buen camino, así que mis padres me llevaron a vivir con mi abuela en Barcelona, para que pudiera ir al instituto en Sants. 

El profesor de catalán, ese primer día de instituto, apareció con un aire de autoridad que yo no tenía acostumbrado. Solemnemente nos dijo que para evaluar nuestro nivel hiciéramos una redacción de media página, sobre qué habíamos hecho en el verano. "En català?" pregunté. "En què vols fer-la, si és classe de català!" me reprendió severamente. Ya, pero yo no había hecho nunca clase "de català". Hoja en blanco. Boli. Saber qué decir y como decirlo en catalán, pero no tener ni idea de como escribirlo. Sensación de analfabeto total. El profesor flipó tanto conmigo que hizo venir a mis padres. Y se lo explicaron. El niño sabe hablar catalán porque su madre es catalana, pero viene de San Ildefonso, donde nunca nadie nos había enseñado nada en catalán.

El cruel sarcasmo de la situación era que mi padre, maestro de escuela, murciano, había sido detenido, allá por el 1974 o 75, denunciado por la directora de la escuela, catalanoparlante y catalana de generaciones, acusado de promover un manifiesto para que de alguna manera a los chavales de San Ildefonso también se nos enseñara el catalán.

Cuando la Policía Armada (los grises) fueron a detener a mi padre yo no sabía qué pasaba. Y de hecho no lo supe valorar hasta mucho después. Cuál era nuestra lengua propia no era lo que importaba. La de mi padre y la mía era el castellano, y la de la directora que lo denunció era el catalán. Las lenguas conviven. Las lenguas no son el problema, nunca lo han sido. El problema del catalán era -y es- un estado en contra. El catalán había sobrevivido a la derrota del 1714 y a su condena centenaria al ostracismo. Pero el catalán se hacía lengua viva en todos aquellos que la defendían, con independencia de su origen o lengua primera. Como mi padre, murciano, castellanohablante.

O como yo, que con el tiempo milité en la defensa del catalán, en La Crida a la Solidaritat. Y siempre después. El como yo, que mi lengua primera y durante tantísimos años única, el castellano, era un yo compartido. Con todos los chavales de la calle. Con todos los compañeros del cole.

Esta semana, la Llei de Transitorietat, ha establecido la cooficialidad de catalán y castellano. No podía ser de otra manera. Pero tenía que ser así. De entrada porque sería impensable que la independencia, querida para ampliar todos nuestros derechos, implicara el más mínimo retroceso en nuestros derechos lingüísticos. Pero, sobre todo, porque con este articulado jurídico se reconoce y da carta de naturaleza a la realidad del "somos" de nuestra Catalunya, de la Catalunya de hoy.

La independencia no es un proyecto anclado en un pasado mitificado. La independencia es un proyecto de la Catalunya de hoy, que la reconoce plenamente, y para la Catalunya de hoy. No la Catalunya del 1714, ni la de hace cien años. La Catalunya de hoy, en la que el castellano ha pasado a formar parte de nuestra identidad colectiva. Y de nuestro futuro. La convivencia lingüística ejemplar que se ha dado en Catalunya solamente se ha visto amenazada por la hostilidad del estado español, y eso, con la independencia, desaparecerá.

La independencia consagra, con la Llei de Transitorietat, el reconocimiento de nuestra realidad social, de orígenes y lingüística. Y la eleva a signo de identidad, a futuro, a oportunidades, a garantía plena de supervivencia en plenitud del catalán, junto al castellano, la que es la primera lengua de la mayoría de nuestra sociedad, entre los que me incluyo, entre los que incluyo a mi difunto padre, que estaría orgulloso de lo que estamos haciendo y de como lo estamos haciendo.

Gracias, muchas gracias, a todos los que han formulado este reconocimiento a lo que somos y queremos ser, a través de la Llei de Transitorietat.

Desde ese chaval que ya era por encima de cualquier acento. Desde ese chaval que ya era incluso compartiendo tantas identidades, lenguas y nombres. Gracias. Desde lo más profundo de esa mi calle, en San Ildefonso, sin asfaltar tantos años, desde esa montaña, hoy convertida, como metáfora del país, en escuela que lleva por nombre "Francesc Macià", gracias. Gracias por ser voz y lengua en igualdad. Gracias por elevar a norma fundacional este "somos" de nuestro presente y que tanto futuro tiene, porque es nuestro único futuro.

29 d’ag. 2017

Reprenent. A 5 setmanes del part més transcendent a Catalunya: L'ESTAT CATALÀ

Retorn a la quotidianitat dels horaris laborals. Altres anys fèiem servir aquella cosa d'haver aprofitat aquests dies de vacances per desconnectar. Però enguany, en la situació políticament excepcional que viu el país, això seria com un eufemisme. Com a molt hem alterat les nostres rutines, horaris i territoris. Però crec que ningú no ha desconnectat. El país i tots nosaltres estem tan "connectats" com ho estàvem al juliol. I a més, els fets viscuts, amb la tragèdia dels atemptats islamistes, encara ens han fet estar més connectats que mai.

D'aquí a dos diumenges estarem a les portes de l'Onze de setembre més decisiu des que el commemorem. I d'aquí a 5 diumenges, diumenge 1 d'Octubre del 2017, s'estaran obrint tots els col·legis electorals pel Referèndum sobre la independència de Catalunya.

5 setmanes en les que es decidirà el futur del nostre país. Les 5 setmanes més decisives de les nostres vides en termes polítics, de ciutadans d'aquest país anomenat Catalunya. Les 5 setmanes més intenses que mai haurem viscut, en les que sabem han de passar moltes coses i en les que. a més a més, poden passar-ne moltes d'altres que ara no podem ni tan sols intuir.

Diumenge 1 d'Octubre, si a les 09:00 del matí els col·legis electorals han obert per acollir la votació del referèndum, acaronarem la independència amb la punta dels dits. Com ha dit el President Puigdemont, si diumenge 1 d'Octubre guanya el Sí, negociarà amb l'Estat Espanyol una transició ràpida cap a la independència.

I aquests dies, aquesta expressió, aquesta voluntat del President Puigdemont, és més creïble que mai. Els tràgics esdeveniments que van omplir el nostre país de l'horror de la barbàrie islamista ens han demostrat, a nosaltres mateixos i a tot el món, que estem preparats per a la independència. Avui, després de l'excepcional manera com Catalunya (el nostre Govern, la nostra policia, les nostres policies, els nostres serveis d'emergència, els nostres serveis sanitaris, els nostres serveis administratius, de relacions exteriors, etc.) va gestionar l'atac terrorista de més abast que mai ha patit el nostre país, sabem que estem preparats per a tot. I el món també ho sap.

La crisi que va desencadenar la barbàrie islamista va ser resolta, en solitari, per Catalunya, per un país que, tot ell, actuava com un estat consolidat. L'Estat Espanyol no hi va ser, va desaparèixer. I en el temps transcorregut des dels atemptats, amb tot el que s'ha anat sabent, aquesta "desaparició" ha esdevingut una sospita fonamentada d'omissió del deure d'actuar, de coordinar, d'informar. Si Catalunya va fer més del que ningú pensava estàvem en condicions de fer, tot el que ara sabem ens indica que l'Estat Espanyol no va fer el que tocava. Potser no sabrem mai si amb mala fe o amb simple negligència. Però en termes penals, la negligència amb resultat de mort, com dissortadament és el cas, és punible.

La irrupció de la barbàrie islamista al nostre país deixa oberts molts interrogants. Interrogants que ara no podem abordar, però que ho haurem de fer. Ara només estem en condicions de que la nostra policia segueixi actuant amb l'eficàcia que ho ha fet. Però tot el que ha passat ens obliga a reflexionar sobre moltes coses, la majoria de les quals requereixen de disposar d'una estructura d'Estat per poder-hi fer alguna cosa: des de les polítiques d'immigració, el seu control i la seva gestió, fins a la participació plena del nostre país en totes les polítiques d'informació, policials i de defensa bastides amb els que són els nostres aliats, els països de l'Europa Occidental i els EUA.

Ara potser només estem en condicions de dir que no podem ser presoners ni un dia més de les polítiques de bonisme en relació a tots aquests temes, perquè això és una irresponsabilitat que no ens podem permetre. No ens rendirem mai a la barbàrie terrorista. No tenim por. Però tampoc no som uns beneïts. Ho hem demostrat, amb la contundència policial que ha evitat moltes més morts de les que dissortadament hem hagut de patir. I ho demostrarem en la resta de camps que incideixen en el que és el primer deure d'un Estat: garantir la vida i la seguretat dels seus ciutadans.

HONOR I GLÒRIA a la nostra Policia, al cos de Mossos d'Esquadra!

Ahir es va presentar el projecte de Llei de Transitorietat, la llei constitutiva de l'Estat Català. En el seu article 2 la llei constitueix l'Estat Català, que és allò substantiu. Situa la plena sobirania nacional en el poble català, i en remarca els principals elements adjectius, que acompanyen el substantiu: que serà en forma de República, que serà democràtic, que serà social i que serà de dret. Tot això és adjectiu. Allò substantiu és que la Llei de Transitorietat constitueix l'Estat Català. Li podríem haver dit, per tant, la Llei de creació de l'Estat Català.

En relació a aquest nou Estat que emergirà si el poble català assumeix la pròpia sobirania i es pronuncia a favor de la independència, la Llei de Transitorietat estableix jurídicament els elements fonamentals de la seva estructura orgànica de funcionament: poder executiu, legislatiu i judicial.

I, en el que és el seu altre objectiu fonamental, dota el nou Estat Català del corpus normatiu que ha de regular tot l'Estat en aquesta fase de transició que va des de la seva proclamació fins fer-se efectiva i complementar el procés constituent, en un procés que pot durar més d'un any.

És la norma que permet fer la independència amb una total seguretat jurídica per al nou Estat, per a la seva administració i per a tots els ciutadans. La seva entrada en vigor implicarà el pas d'una Llei a una altra Llei, de la subjecció a l'actual ordenament jurídic, a la subjecció al nou ordenament jurídic, el de l'Estat Català. Aquest nou ordenament tindrà moltes lleis i normatives de rang inferior que ja són pròpies ara, en la mesura que han emanat del Parlament de Catalunya o del nostre Govern, i establirà, en tot allò que no hi hagi una regulació pròpia, quines són les lleis internacionals a les que quedem subjectes i quines altres es declaren d'aplicació subsidiària fins que no hi hagi regulació pròpia.

És un fet cabdal, tot aquest, atès que implica una transició d'Ordre i de Llei. Sense cap desobediència. Sempre hi haurà una llei que caldrà obeir, sempre hi haurà un poder judicial per garantir es compleix i una policia per fer-la complir. No hi ha espai, per tant, en el nostre procés independentista, ni a l'anarquia, ni al desgovern, ni al descontrol, ni a la desobediència. En cap cas. La Llei de Transitorietat proclama i garanteix que el nou Estat Català neix sota els principis de seguretat jurídica, d'ordre i de llei.

És evident que la nostra independència, a un nivell intern, ens la juguem en la capacitat que tinguem de fer efectiu el compliment d'aquest nou ordenament jurídic. Des d'aquest punt de vista la gestió de la crisi provocada per les atrocitats del terrorisme islamista ens ha situat amb plenes garanties de poder fer efectiu en el nostre territori el compliment de les nostres lleis.

La regulació de tots aquests elements estructurals del nou Estat Català és un treball molt rigorós. És una llei que evidencia que les persones que l'han elaborada coneixen molt i molt bé els marcs normatius en els que ens hem de moure i els elements substancials del funcionament d'un estat. Només qui ignora com es funciona en els estats moderns pot criticar-la. I ja sabem que la ignorància sempre és molt atrevida.

A nivell personal voldria destacar la importància que té la cooficialitat de català i castellà. És tota una declaració de principis d'assumir quina és la nostra realitat nacional i de projectar en la norma bàsica -fins l'aprovació de la Constitució- aquest "nosaltres" que som.

En els propers dies o setmanes s'aprovarà també la llei del referèndum. Es farà no com un acte de propaganda, que sembla alguns és l'única mesura que tenen per a les coses, sinó de la manera que millor garanteixi sigui efectiva i més garanteixi els drets de tots. Des d'aquest punt de vista el Govern que presideix el MHP Puigdemont és tota una garantia que això es faci així. Rigor i solidesa. Res de xerrameca.

L'Estat Espanyol no es quedarà creuat de braços. A hores d'ara és difícil anticipar quina serà la seva resposta. En tot cas, la determinació del Govern pel referèndum garanteix la seva celebració. L'Estat Espanyol haurà de decidir si es liquida com estat democràtic o què fa.

Nosaltres el que farem serà ser-hi. Ser-hi sempre. Per a tot el que convingui. Sigui el que sigui. A les ordres del Govern.

I també d'acord a l'organització de la societat civil que està estructurada per canalitzar la nostra mobilització cívica, l'Assemblea Nacional Catalana, que ha fet, està fent i farà una feina excepcional.

Preparem-nos, doncs, perquè tenim l'Onze a tocar. Perquè el referèndum d'independència ja tothom té clar que se celebrarà. I perquè han començat les contraccions que anuncien el naixement del nou Estat Català.

5 setmanes. Les més intenses per al nostre país i per al seu futur. Les més importants per a les nostres vides i dels nostres fills.

DONEC PERFICIAM