Pues me parece incomprensible, del todo incomprensible. El gobierno de España debería haber exigido al gobierno francés la NO autorización de esta manifestación de Perpiñán contraria a la Constitución Española, la Constitución de un país aliado, y a los tratados europeos.
El ex-ministro estira el cuello, como si le apretara la camisa y el nudo de la corbata, y vuelve a mirar sus notas. "Supongo que si digo algo así no se pasarán un mes acusándome de inhibición y blandenguería", se dice para sí mismo. Pero no acaba de estar del todo satisfecho. Su asistente le mira en silencio por encima de la pantalla del móvil, hacíendose el distraído. No cuela. El ex-ministro le pasa sus notas y le interpela "leéte esto y dime qué te parece, gánate el sueldo". El asistente alarga la mano, desvagado, e irritado por lo de ganarse el sueldo, como si no se lo hubiese ganado ya suficientemente por ser hijo de quien es, piensa para si. Pero no dice nada y se aplica a leer las notas manuscritas del ex-ministro. Las relee tres o cuatro veces, con incomodidad creciente. Finalmente levanta la mirada hacia el ex-ministro, y le pregunta:
- ministro, está sugiriendo que el gobierno francés debería haber prohibido un acto público de un eurodiputado?
El ex ministro vuelve a intentar acomodarse el cuello en la camisa, y estira la mano para recoger sus notas que ahora sostiene el asistente.
- ese acto no se podía celebrar, es una ofensa a España. Intolerable.
- pero, ministro, usted conoce algún caso que un país de la UE haya prohibido un acto público de un eurodiputado?
El ex ministro irritado por lo que considera una desfachez insolente de su asistente, golpea con el puño la mesa y le grita
- para qué te pago yo, imbécil? Para que defiendas a los separatistas? Nos estamos jugando la unidad de España y me sales con formalismos. Déjame. Márchate a tu despacho, o a hacer caquita
El asistente se levanta y se va. Ya solo en su despacho, el ex-ministro abre un cajón, saca unos auriculares, que conecta a su móvil, y busca el archivo de audio con el himno de España que le instalaron en el menú. Escuchar las primeras notas produce en él ese efecto tranquilizador y a su vez de firmeza que necesitaba. Se acerca al ordenador, abre su cuenta de Twitter y teclea sus notas en un tuit. Y lo publica justo a tiempo, cuando está acabándose el himno nacional. No puede contener un "Viva España!" que resuena en la soledad de su despacho con patética pretensión de furia legionaria.
Lejos del Bruselas donde está el ex ministro, en Barcelona, el que se considera a si mismo el más contundente Martillo de herejes convergentes que hay entre los poscos, sigue atentamente todo lo de Perpignan. No se esperaba el éxito que ha tenido. Cuando alguien, no recuerda quien, ha enviado un guasap al grupo 3% que tiene con otros camaradas poscos del colauismo, diciendo que había casi 200 mil personas, ha tenido tal ataque de ira que ha lanzado la taza con su te rojo de la tarde contra la pared. No se ha podido contener, pero casi en el mismo momento de tirar la taza ha tenido un momento de pánico extremo. Pero no, la taza no ha dado en la foto de Ada Colau que tiene colgada en la pared delante de su mesa de despacho, le ha ido de un palmo. "Vaya susto", ha suspirado mientras con extrema suavidad secaba el vidrio del retrato de Colau de las salpicaduras del te.
Vuelve a su mesa de despacho, se sienta, apoya sus codos en la mesa, se coge las manos y se golpea, desconsolado, la cabeza, gritándose una y otra vez "qué hijosdeputa". Le va bien para desfogarse. Con los dedos de las dos manos entrelazados, y con los dos pulgares haciendo ángulo recto, encuentra esa posición que tanto le gusta para apoyar la barbilla. Le ayuda a concentrarse si simultáneamente mantiene la mirada fija en el retrato de Ada Colau que tiene delante suyo. "No te defraudaré, Ada", se dice a si mismo, y acaba autoarengándose: "Voy a acabar con ellos, empezando por el mentiroso que los lidera, con el cobarde fugado!"
Abre el word y empieza a teclear furioso lo que está convencido será un artículo definitivo contra Puigdemont. Es un cobarde sin palabra. Dijo que asumía ir a la carcel por lo que hacía, y en lugar de entregarse a la Guardia Civil va el tío y se fuga. "Te teeengo", grita eufórico. Entonces levanta el puño de la mano con el pulgar hacia arriba y exclama "No te fallaré nunca, Ada!" mirando su retrato colgado en la pared. En eso suena el teléfono. Es uno de sus compis poscos colauistas, que le llama buscando consuelo. Está aturdido por lo que está pasando en Perpignan. Martillo de herejes y convergentes le tranquiliza "ya estoy con un artículo, que será el definitivo, no podrá levantar cabeza". Y le explica lo que es su hilo argumental. Al oirlo, el compi que le ha llamado no puede contener su emoción y va jaleando "bravos" a todo lo que le explica. Antes de colgar el compi que le ha llamado le da las gracias y le hace ver lo importante que es lo que está escribiendo "tete, estoy muy orgulloso de ti. Lo que estás haciendo es histórico. No han podido con nosotros, y aquí estamos, aquí estás, combatiendo a los poderosos. Muchas, muchas gracias, tete, no pares, no demos tregua a estos poderosos"
Después de colgar, Martillo se siente imbuido por el espíritu del Che, de Durruti, i de Ada. Las palabras le salen solas, casi no tiene ni que pensarlas, y mientras sus dedos se deslizan, seguros, por el teclado, no deja de repetirse, una y otra vez "pero como se puede ser tan mentiroso, como se puede engañar tanto a la gente, y largarse al exilio en lugar de entregarse a la siempre gloriosa Guardia Civil para acabar sus días en una puta carcel, muerto de asco, que es lo único que se merece!". Y cuando está a punto de incorporar a su argumentario definitivo que también cárcel para todos los que han ido a Perpignan hoy esboza una leve sonrisa onanista y se dice "no te paaases Martillo, que después te acusarán de sectario!"
No muy lejos de donde Martillo de Herejes culmina su alegato definitivo, un grupo de personas que se consideran a si mismos la vanguardia republicana, la primera línea de defensa del republicanismo y la voz en las redes sociales de la buena nueva de la hegemonía del partido, están reunidos para compartir su frustración por todo lo que les ha ido llegando de Perpinyà.
No lo entienden, no pueden racionalmente procesar lo que está pasando. Se sienten totalmente desconsolados ante lo que ellos consideran tanta estupidez, ante tanto infantilismo, ante tanta insolencia y ante esta inadmisible soberbia que lleva a tanta gente a negar la palabra revelada. "Pero qué dicen estos locos???" no paran de interrogarse entre ellos. "Pero de qué hablan de un 1-O??? Pero como se atreven a desmarcarse y cuestionar la Verdad??". Han quedado porque pensaban que compartiendo su desconcierto se consolarían y sabrían como reaccionar contra lo que les llega de Perpinyà. Pero lo único que han conseguido es acrecentar y radicalizar su sed de justicia contra esos herejes.
"Los discursos de Perpinyà son lo peor que hemos oído en mucho tiempo" dice uno. Y todos asienten con contundencia. "No hay duda: tanto vacío no nos lleva a ninguna parte! cuanta toxicidad!"
Su gran preocupación es que se pueda haber fortalecido lo que ellos llaman "espacio postconvergente", porque eso podría poner en peligro la buena nueva de la hegemonía del partido, y en consecuencia, la nueva era de gobierno autonómico tripartito, con los Comuns y con quien Dios quiera (CUP o abstención PSC).
Cuando la desesperanza se estaba adueñando de ellos alguien ha saltado de su silla gritando "eh! mirad esto!!!" y ha enseñado a sus compañeros el artículo definitivo del compañero posco colauer Martillo de Herejes! "Qué grande es!!", han exclamado en medio de grandes abrazos entre ellos. Y lo han empezado a retuitear y remitir a todos sus contactos: "sí, que lo sepa todo el mundo, los poderosos les engañan y se fugan!"
Y se han venido arriba y ha ido fluyendo la inspiración "ahora lo que hay que hacer es consagrar la hegemonía del partido y poder gobernar sin los convergentes!" ha acabado mitineando uno de los presentes, que se ha puesto de pie para dar más relevancia y transcendencia a sus palabras. Otro de los presentes le ha tomado el relevo di:scursivo "hegemonía y gobernar dos o tres décadas sin los convergentes nos llevará seguro a ser el 80%". Y todos le han vitoreado. Cuando se hacía el silencio uno, tímidamente, ha casi susurrado "ya gobernamos así 7 años y nos quedamos con 10 diputados". Pero nadie ha parecido escucharlo, y todos se han levantado eufóricos jaleando "HE...HEGE...HEGEMONI...I...A"
Concentrados y entusiasmados retuiteando cualquier cosa que atacase a lo que se había vivido en Perpinyà, han ido abandonando la sala, sin darse cuenta que se dejaban encendido el ordenador. En la pantalla del diario digital último al que se habían conectado destacaban dos noticias: una fotografía de Puigdemont, en el escenario, saludando a una multitud que lo desbordaba todo y un resumen de la prensa internacional, de los cinco continentes, haciéndose eco de la transcendencia del acto político de Perpinyà convocado por el Consell de la República.
Dos suaves golpecillos en la puerta sacan al ex-ministro de la somnolencia en la que se había quedado después de tantos nervios. "Sí, adelante!" responde casi automáticamente. "Da usted su permiso, ministro?" Es su asistente. Le entrega una noticia de prensa y se retira. El ex-ministro se pone las gafas del cerca y la empieza a leer. Pero no pasa del titular. Estruja la nota y la tira a la papelera. Gira lentamente su silla y se quita las gafas del cerca mientras murmulla "joder qué tropa! qué vergüenza, por Dios!"
El ex-ministro estira el cuello, como si le apretara la camisa y el nudo de la corbata, y vuelve a mirar sus notas. "Supongo que si digo algo así no se pasarán un mes acusándome de inhibición y blandenguería", se dice para sí mismo. Pero no acaba de estar del todo satisfecho. Su asistente le mira en silencio por encima de la pantalla del móvil, hacíendose el distraído. No cuela. El ex-ministro le pasa sus notas y le interpela "leéte esto y dime qué te parece, gánate el sueldo". El asistente alarga la mano, desvagado, e irritado por lo de ganarse el sueldo, como si no se lo hubiese ganado ya suficientemente por ser hijo de quien es, piensa para si. Pero no dice nada y se aplica a leer las notas manuscritas del ex-ministro. Las relee tres o cuatro veces, con incomodidad creciente. Finalmente levanta la mirada hacia el ex-ministro, y le pregunta:
- ministro, está sugiriendo que el gobierno francés debería haber prohibido un acto público de un eurodiputado?
El ex ministro vuelve a intentar acomodarse el cuello en la camisa, y estira la mano para recoger sus notas que ahora sostiene el asistente.
- ese acto no se podía celebrar, es una ofensa a España. Intolerable.
- pero, ministro, usted conoce algún caso que un país de la UE haya prohibido un acto público de un eurodiputado?
El ex ministro irritado por lo que considera una desfachez insolente de su asistente, golpea con el puño la mesa y le grita
- para qué te pago yo, imbécil? Para que defiendas a los separatistas? Nos estamos jugando la unidad de España y me sales con formalismos. Déjame. Márchate a tu despacho, o a hacer caquita
El asistente se levanta y se va. Ya solo en su despacho, el ex-ministro abre un cajón, saca unos auriculares, que conecta a su móvil, y busca el archivo de audio con el himno de España que le instalaron en el menú. Escuchar las primeras notas produce en él ese efecto tranquilizador y a su vez de firmeza que necesitaba. Se acerca al ordenador, abre su cuenta de Twitter y teclea sus notas en un tuit. Y lo publica justo a tiempo, cuando está acabándose el himno nacional. No puede contener un "Viva España!" que resuena en la soledad de su despacho con patética pretensión de furia legionaria.
Lejos del Bruselas donde está el ex ministro, en Barcelona, el que se considera a si mismo el más contundente Martillo de herejes convergentes que hay entre los poscos, sigue atentamente todo lo de Perpignan. No se esperaba el éxito que ha tenido. Cuando alguien, no recuerda quien, ha enviado un guasap al grupo 3% que tiene con otros camaradas poscos del colauismo, diciendo que había casi 200 mil personas, ha tenido tal ataque de ira que ha lanzado la taza con su te rojo de la tarde contra la pared. No se ha podido contener, pero casi en el mismo momento de tirar la taza ha tenido un momento de pánico extremo. Pero no, la taza no ha dado en la foto de Ada Colau que tiene colgada en la pared delante de su mesa de despacho, le ha ido de un palmo. "Vaya susto", ha suspirado mientras con extrema suavidad secaba el vidrio del retrato de Colau de las salpicaduras del te.
Vuelve a su mesa de despacho, se sienta, apoya sus codos en la mesa, se coge las manos y se golpea, desconsolado, la cabeza, gritándose una y otra vez "qué hijosdeputa". Le va bien para desfogarse. Con los dedos de las dos manos entrelazados, y con los dos pulgares haciendo ángulo recto, encuentra esa posición que tanto le gusta para apoyar la barbilla. Le ayuda a concentrarse si simultáneamente mantiene la mirada fija en el retrato de Ada Colau que tiene delante suyo. "No te defraudaré, Ada", se dice a si mismo, y acaba autoarengándose: "Voy a acabar con ellos, empezando por el mentiroso que los lidera, con el cobarde fugado!"
Abre el word y empieza a teclear furioso lo que está convencido será un artículo definitivo contra Puigdemont. Es un cobarde sin palabra. Dijo que asumía ir a la carcel por lo que hacía, y en lugar de entregarse a la Guardia Civil va el tío y se fuga. "Te teeengo", grita eufórico. Entonces levanta el puño de la mano con el pulgar hacia arriba y exclama "No te fallaré nunca, Ada!" mirando su retrato colgado en la pared. En eso suena el teléfono. Es uno de sus compis poscos colauistas, que le llama buscando consuelo. Está aturdido por lo que está pasando en Perpignan. Martillo de herejes y convergentes le tranquiliza "ya estoy con un artículo, que será el definitivo, no podrá levantar cabeza". Y le explica lo que es su hilo argumental. Al oirlo, el compi que le ha llamado no puede contener su emoción y va jaleando "bravos" a todo lo que le explica. Antes de colgar el compi que le ha llamado le da las gracias y le hace ver lo importante que es lo que está escribiendo "tete, estoy muy orgulloso de ti. Lo que estás haciendo es histórico. No han podido con nosotros, y aquí estamos, aquí estás, combatiendo a los poderosos. Muchas, muchas gracias, tete, no pares, no demos tregua a estos poderosos"
Después de colgar, Martillo se siente imbuido por el espíritu del Che, de Durruti, i de Ada. Las palabras le salen solas, casi no tiene ni que pensarlas, y mientras sus dedos se deslizan, seguros, por el teclado, no deja de repetirse, una y otra vez "pero como se puede ser tan mentiroso, como se puede engañar tanto a la gente, y largarse al exilio en lugar de entregarse a la siempre gloriosa Guardia Civil para acabar sus días en una puta carcel, muerto de asco, que es lo único que se merece!". Y cuando está a punto de incorporar a su argumentario definitivo que también cárcel para todos los que han ido a Perpignan hoy esboza una leve sonrisa onanista y se dice "no te paaases Martillo, que después te acusarán de sectario!"
No muy lejos de donde Martillo de Herejes culmina su alegato definitivo, un grupo de personas que se consideran a si mismos la vanguardia republicana, la primera línea de defensa del republicanismo y la voz en las redes sociales de la buena nueva de la hegemonía del partido, están reunidos para compartir su frustración por todo lo que les ha ido llegando de Perpinyà.
No lo entienden, no pueden racionalmente procesar lo que está pasando. Se sienten totalmente desconsolados ante lo que ellos consideran tanta estupidez, ante tanto infantilismo, ante tanta insolencia y ante esta inadmisible soberbia que lleva a tanta gente a negar la palabra revelada. "Pero qué dicen estos locos???" no paran de interrogarse entre ellos. "Pero de qué hablan de un 1-O??? Pero como se atreven a desmarcarse y cuestionar la Verdad??". Han quedado porque pensaban que compartiendo su desconcierto se consolarían y sabrían como reaccionar contra lo que les llega de Perpinyà. Pero lo único que han conseguido es acrecentar y radicalizar su sed de justicia contra esos herejes.
"Los discursos de Perpinyà son lo peor que hemos oído en mucho tiempo" dice uno. Y todos asienten con contundencia. "No hay duda: tanto vacío no nos lleva a ninguna parte! cuanta toxicidad!"
Su gran preocupación es que se pueda haber fortalecido lo que ellos llaman "espacio postconvergente", porque eso podría poner en peligro la buena nueva de la hegemonía del partido, y en consecuencia, la nueva era de gobierno autonómico tripartito, con los Comuns y con quien Dios quiera (CUP o abstención PSC).
Cuando la desesperanza se estaba adueñando de ellos alguien ha saltado de su silla gritando "eh! mirad esto!!!" y ha enseñado a sus compañeros el artículo definitivo del compañero posco colauer Martillo de Herejes! "Qué grande es!!", han exclamado en medio de grandes abrazos entre ellos. Y lo han empezado a retuitear y remitir a todos sus contactos: "sí, que lo sepa todo el mundo, los poderosos les engañan y se fugan!"
Y se han venido arriba y ha ido fluyendo la inspiración "ahora lo que hay que hacer es consagrar la hegemonía del partido y poder gobernar sin los convergentes!" ha acabado mitineando uno de los presentes, que se ha puesto de pie para dar más relevancia y transcendencia a sus palabras. Otro de los presentes le ha tomado el relevo di:scursivo "hegemonía y gobernar dos o tres décadas sin los convergentes nos llevará seguro a ser el 80%". Y todos le han vitoreado. Cuando se hacía el silencio uno, tímidamente, ha casi susurrado "ya gobernamos así 7 años y nos quedamos con 10 diputados". Pero nadie ha parecido escucharlo, y todos se han levantado eufóricos jaleando "HE...HEGE...HEGEMONI...I...A"
Concentrados y entusiasmados retuiteando cualquier cosa que atacase a lo que se había vivido en Perpinyà, han ido abandonando la sala, sin darse cuenta que se dejaban encendido el ordenador. En la pantalla del diario digital último al que se habían conectado destacaban dos noticias: una fotografía de Puigdemont, en el escenario, saludando a una multitud que lo desbordaba todo y un resumen de la prensa internacional, de los cinco continentes, haciéndose eco de la transcendencia del acto político de Perpinyà convocado por el Consell de la República.
Dos suaves golpecillos en la puerta sacan al ex-ministro de la somnolencia en la que se había quedado después de tantos nervios. "Sí, adelante!" responde casi automáticamente. "Da usted su permiso, ministro?" Es su asistente. Le entrega una noticia de prensa y se retira. El ex-ministro se pone las gafas del cerca y la empieza a leer. Pero no pasa del titular. Estruja la nota y la tira a la papelera. Gira lentamente su silla y se quita las gafas del cerca mientras murmulla "joder qué tropa! qué vergüenza, por Dios!"
2 comentaris:
Boníssim, Senyor Abad.
Tinc informació de primera mà: els que manen a la vanguardia republicana, i d'esquerres, no ho oblidem això, que són gent seria amb biografia i que volen que ningú tingui problemes per gaudir de casa amb hort, jardí i piscina, i a prop de la mar escolti, bé, el cas és que sembla que hi van a canviar d'empresa demoscòpica per a contractar la de l'ABC, que avui els en dóna la victòria amb 43 diputats.
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