No me voy a poner espléndido ni llorón. Si llevas como yo llevo todo el cuerpo lleno de tatuajes, si has crecido en el gol sud del Barça, si circulas por el mundo en harley, si en hostias contra los fascistas te han roto dientes y lengua, si te riges por caducos códigos de honor y de lealtad... lo normal es que la gente tenga la impresión que mayoritariamente tienen de mi, como de un hooligan, alguien fuera de su tiempo.
No me molesta. Quiero decir que me da igual. Yo amo los mundos sutiles.
Sí, yo amo los mundos sutiles. Sí, mi mundo, mi país, mi gente, todo lo que para mi importa son esos mundos sutiles.
Escribía el poeta:
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse.
Todo lo que más amo son estos mundos sutiles. Mundos que sé lo que son, aunque no los pueda capturar, ni plasmar, porque sería desafiar lo que tienen de ingrávidos y gentiles.
Amo los mundos sutiles. La patria y las personas por encima del estado, de la ley, del DNI.
Amo los mundos sutiles. La poesía por encima de las leyes, las sentencias y los autos judiciales, de las imputaciones de la fiscalía, de las denuncias policiales.
Amo los mundos sutiles. La sonrisa cómplice por encima de la acritud y el estado de cabreo permanente.
Amo los mundos sutiles. Mundos sin caminos. Mundos con estelas en la mar.
Amo los mundos sutiles. Cuando me miras y me acaricias y al final de muchos versos, nos besamos.
Amo los mundos sutiles. Las pompas de jabón, que se elevan frágiles y fascinantes, mientras las pesadas tablas de la ley desaparecen bajo mares de áridos desiertos.
Amo los mundos sutiles. Tu duda. Mi duda. Tu convicción. Mi convicción. Cuando conjugamos el verbo ser, cuando somos. Y cuando todo lo que somos sabemos requiere que hagamos camino al andar. Camino sobre la mar. Camino sobre lo que somos y queremos ser.
Hoy los bosques se vuelven a vestir de espinos. Hoy los poetas vuelven a llorar. Hoy los políticos, los poetas, los raperos, se vuelven a alejar más allá de los bosques de espinos en forma de euroórdenes. Y como entonces, al alejarse les vieron llorar: caminante no hay camino, se hace camino al andar.
Golpe a golpe
Verso a verso
Sí, yo amo los mundos sutiles. Mundos sutiles que el poeta hoy diría le gustaría verlos pintarse de amarillo.
No me molesta. Quiero decir que me da igual. Yo amo los mundos sutiles.
Sí, yo amo los mundos sutiles. Sí, mi mundo, mi país, mi gente, todo lo que para mi importa son esos mundos sutiles.
Escribía el poeta:
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles
como pompas de jabón.
Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse.
Todo lo que más amo son estos mundos sutiles. Mundos que sé lo que son, aunque no los pueda capturar, ni plasmar, porque sería desafiar lo que tienen de ingrávidos y gentiles.
Amo los mundos sutiles. La patria y las personas por encima del estado, de la ley, del DNI.
Amo los mundos sutiles. La poesía por encima de las leyes, las sentencias y los autos judiciales, de las imputaciones de la fiscalía, de las denuncias policiales.
Amo los mundos sutiles. La sonrisa cómplice por encima de la acritud y el estado de cabreo permanente.
Amo los mundos sutiles. Mundos sin caminos. Mundos con estelas en la mar.
Amo los mundos sutiles. Cuando me miras y me acaricias y al final de muchos versos, nos besamos.
Amo los mundos sutiles. Las pompas de jabón, que se elevan frágiles y fascinantes, mientras las pesadas tablas de la ley desaparecen bajo mares de áridos desiertos.
Amo los mundos sutiles. Tu duda. Mi duda. Tu convicción. Mi convicción. Cuando conjugamos el verbo ser, cuando somos. Y cuando todo lo que somos sabemos requiere que hagamos camino al andar. Camino sobre la mar. Camino sobre lo que somos y queremos ser.
Hoy los bosques se vuelven a vestir de espinos. Hoy los poetas vuelven a llorar. Hoy los políticos, los poetas, los raperos, se vuelven a alejar más allá de los bosques de espinos en forma de euroórdenes. Y como entonces, al alejarse les vieron llorar: caminante no hay camino, se hace camino al andar.
Golpe a golpe
Verso a verso
Sí, yo amo los mundos sutiles. Mundos sutiles que el poeta hoy diría le gustaría verlos pintarse de amarillo.
Mundos sutiles que, como ayer, combaten el fascismo.
DONEC PERFICIAM
DONEC PERFICIAM
1 comentari:
Nosotros somos quién somos, basta ya de històrias y cuentos...
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